El trabajo híbrido es una realidad que llegó para quedarse, para contribuir a la globalización empresarial, pero también a la eficiencia, cuando el capital humano logra alinearse con el propósito.
El acelerado avance de la digitalización en diversos procesos e industrias, lejos de convertirse en un problema, fue un espaldarazo para la sostenibilidad de los negocios. Salir de la pandemia implicó una serie de cambios. La diferenciación pasó a ser una prioridad que se vio apalancada por las múltiples oportunidades que ofrece la transformación digital. El uso de tecnologías y la interpretación de datos ha llevado a las empresas a liderar las preferencias entre sus clientes y colaboradores.
Con el confinamiento, el teletrabajo y la modalidad híbrida, la transformación digital se profundizó, dándole el empujón que faltaba a las organizaciones que aún estaban dándole vuelta a los cambios que necesitaban para mejorar sus procesos y formas de trabajar.
El trabajo híbrido facilitó la adaptación de los colaboradores que, más rápido de lo que se pensaba, comenzaron a utilizar nuevas herramientas y a cambiar la forma en que hacían las cosas. Para ellos, el ahorro en tiempo y dinero fue significativo, mientras que las oficinas se hicieron más pequeñas y disminuyeron los costos asociados a artículos de oficina, electricidad y otros insumos.
Pero la sostenibilidad del negocio no solo se vio reforzada por la digitalización, sino también por los nuevos procesos paperless (sin papel), que redujeron la tala de árboles, el consumo de agua y mejoraron la eficiencia de muchos procesos que dejaban una importante huella de carbono. Ahora, la Ley de Transformación Digital del Estado puede empujar con más fuerza los cambios, incentivando la autentificación digital, por ejemplo.
Uno de los grandes paradigmas que ha empezado a romperse, tiene que ver con las firmas electrónicas. Cuando ya tienes el concepto de firma digital, para qué vas a imprimir. Aún hay muchos procesos que requieren firmas. Pero hoy ya existen no solo ¿la firma o la autenticación a través de la clave única, sino también las firmas digitales que ahorran tiempo y recursos naturales.
Asimismo, la captura y análisis de datos contribuyen a la detección de ineficiencias y “desperdicios” que requieren un alto consumo de combustible, tiempo y otros recursos. La tecnología ayuda a hacer más fáciles los procesos, la inteligencia artificial nos ayuda a tomar mejores decisiones y el capital humano es el motor que mueve eso cambios que, finalmente, benefician a toda la sociedad.