Las Organizaciones deben saber diferenciar entre ser digital y actuar digital, que son dimensiones que se complementan, pero que están enfocadas hacia dos status muy distintos.
Parece una pregunta retórica, pero no lo es, cuando hablamos de transformación digital en una Organización. Porque si bien la pandemia aceleró este proceso en muchas empresas, la verdad es que en Latinoamérica aún tenemos varios desafíos pendientes en esta área.
Porque las Organizaciones deben saber diferenciar entre ser digital y actuar digital, que son dimensiones que se complementan, pero que están enfocadas hacia dos status muy distintos.
Con la llegada de la pandemia, muchos negocios que aún se mantenían anclados en lo que podríamos llamar la forma tradicional de vender productos o servicios, debido a las restricciones, cuarentenas y la reducción de aforos en espacios físicos, se vieron en la encrucijada de llevar su negocio a la era digital, lo más rápido posible y en muchos casos, aprendiendo sobre la marcha.
Para ello, las empresas crearon sitios web, se unieron al e-commerce, robustecieron sus redes sociales y comenzaron, si es que era posible, a remitir algunos trabajos en modo remoto o híbrido, utilizando plataformas digitales.
Con estas acciones varios lograron digitalizar la relación con el cliente. Pero esto no es suficiente para ser una organización digital, ya que solo queda abocado a utilizar las herramientas tecnológicas, y no incluye la dimensión de actuar de manera digital. Para ello, es imprescindible crear y potenciar una cultura organizacional que tenga como propósito cambiar el mindset de quienes integran la compañía. Dicho de otra forma, la transformación digital impacta a toda la estructura operacional y no solo a un área o unidad.
Por otro lado, la transformación digital también puede generar la redefinición del modelo de negocio, repensar su propuesta de valor e incluso puede implicar cambios de estrategia para seguir siendo competitivos en un mercado nuevo, como lo es, el de post pandemia.
Es ingenuo pensar que esto es una tarea que se lleve cabo de la noche a la mañana, en realidad se trata de un proceso, una transformación que requiere de tiempo, asesoría y acompañamiento. Cada empresa deberá generar una ruta propia y los tiempos para realizar este cambio de chip de manera exitosa, partiendo por capacitar a los líderes de esas organizaciones para que, a la vez, puedan concientizar y entrenar a sus equipos en esta nueva era. Porque son ellos los puentes entre los colaboradores y la nueva era digital de una empresa, por ende, también deben contar con nuevos skills como capacidades relacionales y la habilidad de sostener a su equipo durante estos cambios.
La cultura digital no solo se queda en que todos sepan cuáles son los canales o plataformas que se pueden ocupar, sino también se preocupa de que todo lo que se haga se piense primero en digital, es un cambio total de mentalidad. Y todo esto son aprendizajes que se entrenan y también incluyen la redefinición de procesos operacionales y perfiles de cargos.